Ese fue el reto que nos planteó Fractalmed, una empresa dedicada a la innovación médica y la investigación en neurociencia, que buscaba una felicitación navideña con profundidad y sensibilidad, capaz de reflejar el vínculo entre la mente y el corazón.
El objetivo era transmitir esperanza, empatía y propósito, mostrando que, incluso cuando la memoria se fragmenta, las conexiones humanas siguen vivas.
Diseñar una felicitación que combinara tecnología, emoción y belleza visual, estableciendo un paralelismo entre las conexiones neuronales y los lazos que nos unen como personas.
Representamos una red de conexiones neuronales que se transforma sutilmente en una red de manos entrelazadas, simbolizando cómo la ciencia y la empatía se entrelazan en el trabajo de Fractalmed.
Utilizamos tonos azul profundo, blanco y dorado, evocando inteligencia, calma y esperanza.
Redactamos un texto que establece la analogía entre las conexiones del cerebro y las conexiones del alma, recordando que la memoria puede desvanecerse, pero el afecto y la presencia permanecen.
Creamos una versión con animación ligera, en la que las conexiones se encienden una a una, formando un mensaje final de esperanza y cercanía.
La felicitación navideña de Fractalmed se convirtió en una pieza emocional, elegante y simbólica, que conecta ciencia y humanidad a través del diseño.
Un mensaje que celebra la fuerza de las conexiones invisibles, aquellas que unen a las personas incluso cuando la memoria se apaga.
Porque las neuronas conectan pensamientos,
pero el corazón conecta lo que nunca se olvida.
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