Ese fue el reto que nos planteó KKO, una marca que buscaba un diseño capaz de representar el sabor a chocolate de forma visual, evocando placer, intensidad y calidad premium.
Diseñar una etiqueta que transmitiera la esencia del chocolate: su textura, su calidez y su carácter envolvente, combinando diseño y emoción en un resultado visual irresistible.
Creamos una composición que combina formas suaves y tonos profundos que evocan el cacao y la experiencia del sabor.
Utilizamos matices cálidos y contrastes sutiles que transmiten riqueza y sofisticación.
Seleccionamos tipografías con carácter artesanal y aplicamos efectos visuales que refuerzan la sensación de calidad.
Cada elemento visual —color, textura y forma— se diseñó para conectar con el consumidor a nivel sensorial.
La etiqueta KKO representa el sabor del chocolate con elegancia y fuerza visual.
Un diseño que transforma la experiencia de producto en un viaje sensorial, transmitiendo placer, calidad y autenticidad desde el primer vistazo.
Porque el diseño también puede saborearse.
Y cuando lo hace, deja un recuerdo tan dulce como su esencia.
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