Ese fue el reto que nos planteó Magnum, con motivo del lanzamiento de su nuevo sabor, una combinación exclusiva que debía reflejar lujo, sabor y deseo desde el primer vistazo.
El objetivo era diseñar un envase que despertara los sentidos, destacando los ingredientes reales —chocolate, frutos secos y texturas cremosas— con ilustraciones hiperrealistas que transmitieran la calidad inconfundible de la marca.
Crear un packaging que combinara realismo visual y elegancia estética, logrando un equilibrio entre el detalle artístico y la sofisticación que caracteriza a Magnum.
Realizamos ilustraciones digitales detalladas de los ingredientes —virutas de chocolate, nueces, caramelo fundido— cuidando la textura, la luz y la profundidad para conseguir un efecto sensorial y auténtico.
Combinamos el realismo de los ingredientes con un fondo elegante y limpio, donde cada elemento flota con protagonismo y armonía.
Utilizamos tonos cálidos y profundos —marrones intensos, dorados y cremas suaves— que evocan placer, indulgencia y calidad gourmet.
Diseñamos el envase para impresión con acabados metalizados y barniz selectivo en las ilustraciones, realzando el brillo y la textura de los ingredientes.
Bl packaging del nuevo Magnum se convirtió en una pieza visual, sensorial y elegante, donde cada detalle comunica indulgencia, calidad y placer.
Un diseño que invita a disfrutar antes del primer bocado, transformando los ingredientes en arte y la tentación en experiencia.
Porque el verdadero lujo está en los detalles,
y en Magnum, cada trazo sabe a placer.
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